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Foto del escritorPamela Crombie

¿Por qué se llaman “restaurantes” los lugares en los que nos venden y sirven comida?

¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene la palabra “restaurante” y por qué se llaman así estos maravillosos lugares a los que vamos para escoger y disfrutar de un buen plato de comida preparado por otras personas que normalmente desconocemos?


Leyendo la revista y almanaque catalán llamada Calendari dels pagesos (calendario de los agricultores) del 2022, me encontré con el orígen de la palabra “restaurante” y me fascinó su historia. Resonó mucho en mí porque se asocia a una de las funciones más vitales de la comida que es el nutrir, no solo a nivel físico sino también psicológico. Aquí te comparto la historia.


Para hablar de los orígenes de la palabra y establecimiento “restaurante” debo ubicarme en París en el año 1765. Aquí un señor de apellido Boulanger establece una casa de comidas y sobre su puerta coloca un cartel con el siguiente mensaje en latín: Venite se me vos qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos. Esta frase traduce: venid a mi casa que tenéis el estómago débil y yo os restauraré.



Ahora bien, gramaticalmente, el complemento directo del verbo restaurar es el estómago de las personas que llegan con hambre. Aquí, dar de comer, alimentar llega entonces a restaurar a quienes llegan a estos lugares. Además, la palabra “restaurar”, según la RAE, significa recuperar, recobrar, reparar, renovar, volver a poner algo en el estado o estimación que antes se tenía.


Según esto, yo interpreto que entonces que a través del servicio que estas personas recibían y a partir de la comida que consumían, estas personas recobraban sus energías, se renovaban y se recomponían. Dicho esto, el restaurante recibe su nombre al tener la capacidad de “restaurar'' a las personas a través de la alimentación. En mis palabras, la alimentación renueva, recupera, devuelve la vida a quien está débil.


Para ir un poco más profundo, puedo interpretar que con el hecho de comer no solo se está nutriendo el cuerpo a un nivel físico, no solo llenando un estómago, sino que se está nutriendo a nivel mental y emocional, recuperando fuerzas, energía, salud física y mental.


Esto también me hace pensar en los efectos de la calidad de comida que ingresa a nuestro cuerpo, pues creo que la restauración no se da si lo que se ingiere no suma sino que resta. De la misma manera lo que se consume puede tener un efecto incluso sanador, pues muchas de las enfermedades que existen hoy en día pueden revertirse o dormirse cuando se introducen cambios en la alimentación.


Creo que hoy en día no todos los restaurantes podrían ser dignos de llevar este nombre, pues en muchos venden comidas que no restauran. Para ir a un “verdadero restaurante” creo que es clave informarse sobre la comida que se sirve. Para mí, es importante saber al menos qué platos se sirven, si la comida es casera y a cual cultura gastronómica pertenece.

Igualmente creo que la comida “restauradora” se puede preparar en casa cuando sabes cocinar o estás aprendiendo. Además así puedes escoger los ingredientes tu misma/o y no tendrás duda de que es casero y fresco; sobre el sabor, no lo sé, ¡eso depende de tu nivel de experticia en cocina!


En lo personal, nada más restaurador para mi que comer comida casera colombiana. Se que muchos de los platos no podrían identificarse como sanos aunque otros sí que te aportan nutrientes y mucho sabor. Fuera de eso, está comida restaura mi corazón, pues me conecta con mis raíces, con mi infancia y adolescencia, con mi cultura, con mi familia, con mi sentido de pertenencia, con el amor a la tierra en la que nací y me vio crecer, aquella que me alimentó.


Ahora que vivo en Barcelona, disfruto de restaurantes de mercado, de cocina catalana, de orientación mediterránea. Y de vez en cuando elijo una pizzería que prepare pizzas con masa de masa madre y de larga fermentación. La cocina colombiana me gusta prepararla en casa, sobre todo con y para amigos y amigas, y de vez en cuando voy a un restaurante colombiano.


¿Cuál sería la comida que a ti te restaura? ¿A cuál o a cuáles restaurantes te gusta ir?



Bibliografía



Pamela Crombie

Psicóloga, y psicoterapeuta integradora

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