Escritura
Carta al síntoma
Con este ejercicio de escritura terapéutica ganarás poder sobre aquello que te genera malestar.
RECUERDA que no es un ejercicio para evaluar qué tan bien o mal escribimos evita juicios de valor y déjate llevar.
1. Pon una música relajante, si deseas.
2. Identifica mental y corporalmente las manifestaciones del malestar. Para esto es cuestión de notar qué pensamientos incomodos aparecen en la pantalla de tu mente y las sensaciones físicas que encuentres desagradables.
3. Dale un nombre, como si fuese un personaje, a la unión de los síntomas identificados en el punto 2.
4. Comienza a redactar una carta a este personaje, dirigiéndote a el o a ella por su nombre y hablando de su actual relación. Dile lo que te salgaen ese momento. Por ejemplo, puedes describir de qué manera sientes su presencia y quién eres o qué haces en su ausencia. Quizá puedas agradecerle por la información que te brinda o quizá estés preparado/a para despedirle.
5. Guarda la carta para que puedas releerla y notar cómo cambia en el tiempo tu relación con el síntoma.
Lista de agradecimientos
Con este ejercicio de escritura terapéutica ganarás poder sobre aquello que te genera malestar.
RECUERDA que no es un ejercicio para evaluar qué tan bien o mal escribimos evita juicios de valor y déjate llevar.
1. Pon una música relajante, si deseas.
2. Identifica mental y corporalmente las manifestaciones del malestar. Para esto es cuestión de notar qué pensamientos incomodos aparecen en la pantalla de tu mente y las sensaciones físicas que encuentres desagradables.
3. Dale un nombre, como si fuese un personaje, a la unión de los síntomas identificados en el punto 2.
4. Comienza a redactar una carta a este personaje, dirigiéndote a el o a ella por su nombre y hablando de su actual relación. Dile lo que te salgaen ese momento. Por ejemplo, puedes describir de qué manera sientes su presencia y quién eres o qué haces en su ausencia. Quizá puedas agradecerle por la información que te brinda o quizá estés preparado/a para despedirle.
5. Guarda la carta para que puedas releerla y notar cómo cambia en el tiempo tu relación con el síntoma.